Aquella mañana me bajaba en la estación de metro La Moneda (Línea 1) con dirección al Centro Cultural La Moneda, lugar que desde el 14 de junio presenta la exposición de Andy Warhol en Chile, uno de los gestores más importantes del arte pop y que estará presente hasta el mes de octubre en Santiago.
Como sabía que la exposición en cuestión estaba causando furor –y con justa razón- esperé un poco para ir a visitarla. Un mes después no bastó, y es que habiendo llegado temprano por la mañana el lugar ya estaba lleno de visitantes expectantes a descubrir un poco más sobre Warhol a través de las 228 piezas disponibles en el lugar.
Con el panorama descrito antes, me armé de paciencia e hice la fila junto con el resto de los mortales. Para mi grata sorpresa, en cuestión de minutos ya tenía mi entrada en mano y me encontraba dentro de la exposición, la que está dividida en dos salas (Andes y Pacífico) y que componen una acabada explicación de cada etapa de la vida del artista.
Empecé en orden cronológico (atentos a esto, recomiendo hacerlo así). Pasé primero a la Sala Andes, donde se muestran las primeras obras de Warhol y apenas se entra se aprecia una línea cronológica que explica los principales sucesos que marcaron su vida: hijo de inmigrantes eslovacos, nacido en Pittsburgh, Estados Unidos y que debido a una enfermedad que lo obligó a pasar largos períodos en cama a los 9 años dibujó por primera vez, animado y enseñado por su madre.
A sus tempranos 20 se muda a New York y desde ese entonces despega su carrera que lo convirtió en uno de los íconos pop más memorables de la escena artística. Una vida de altos y bajos, pero sobre todo talento, el cual plasmó en sus pinturas, fotografías, films, dibujos y más.
En sus obras Andy hace fuertes críticas al consumismo y la producción de masas, así como a hitos históricos como la muerte de Marilyn Monroe (Andy la retrató tan solo días después de su muerte) y a por ejemplo, tópicos como la fama, el egocentrismo, y el rol de los medios de comunicación.
Lo anterior queda plasmado en la muestra de Mao, obra de serigrafía sobre papel realizada por Warhol en 1972 y que a través de la reproducción infinita del retrato oficial de Mao Zedong, dirigente del Partido Comunista de China y que la revista Life calificó en su momento como “la persona más famosa del mundo” busca ilustrar como la televisión, los periódicos y las revistas son capaces de lograr la omnipresencia de ciertas personas otorgándoles la conocida “fama”.
La exposición está bien lograda y logra retratar a mi juicio muy bien la vida del artista, tanto como para quienes saben más así como menos sobre él, sus obras, y finalmente su vida.
Respecto a datos útiles, recomiendo ir en día de semana y llegar temprano, además, si llegas antes de las 12:00 la entrada es gratis. De no ser así, la entrada general cuesta 3.000 pesos y 1.500 para estudiantes (recuerda llevar la credencial que así lo acredite).