Los recientes resultados de la VIII Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), evidencian un cambio en los patrones de consumo de los chilenos, que coinciden con tendencias mundiales sobre la creciente relevancia de las actividades recreativas en el gasto de las familias y son consistentes -tal como plantea el estudio- con lo propuesto por el premio Nobel de Economía, George Stigler, quien afirmó que a medida que los países aumentan su ingreso, los hogares tienden a destinar recursos a productos y servicios que no son de primera necesidad.
Según la EPF, actualmente los chilenos gastan más en viajes y gastronomía, y mientras algunos ítems -como el destinado a salud- redujeron su preeminencia en el presupuesto familiar, los segmentos vinculados al turismo y la entretención, comúnmente asociados a los ingresos medio-alto, aumentaron su preponderancia, siendo parte de los gastos recurrentes de muchos hogares en nuestro país.
Así, el cambio más significativo, tal como resaltó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), se produjo en la categoría “restaurantes y hoteles”, cuya participación en el gasto pasó de 4,19% a 6,52% en los últimos cinco años.
Adicionalmente, el ítem “cultura y recreación” se mantuvo en 6,8% del presupuesto, lo que demuestra que los recursos destinados al descanso y/o al uso del tiempo de ocio ya no son un lujo y superan a otros segmentos como “prendas de vestir y calzado” (3,4%), “comunicaciones” (5,3%) o “muebles y artículos para el hogar” (6,3%).
En este sentido, también es interesante ver los resultados en “transportes”, cuyo análisis arrojó datos relevantes respecto al turismo. Por ejemplo, cada 100 hogares en el Gran Santiago, al menos 10 invirtieron en pasajes aéreos, más de tres compraron un paquete turístico nacional y al menos cuatro destinaron recursos a un paquete turístico internacional. Esta información coincide con la emitida por la Junta de Aeronáutica Civil, según la cual durante mayo los vuelos nacionales crecieron 16% en comparación con el mismo mes en 2017, registrando la mayor expansión de los últimos seis años.
Sin duda, estos resultados son una gran noticia para la industria turística y van en sintonía con el ascendente aporte de este sector a la economía del país. Asimismo, se alinean con la tendencia internacional de un aumento en el gasto en viajes, el que -según un estudio de los países Ocde- ha aumentado más del doble entre los años 2000 y 2016, pasando de US$495 mil millones a US$1,2 billones a nivel global.
Como gobierno celebramos el incremento de la participación del turismo en el presupuesto familiar, así como también entendemos el desafío que supone responder al interés de los chilenos en destinar recursos para realizar un viaje o tener una experiencia inolvidable, el cual nos obliga a trabajar por alcanzar la excelencia en nuestros productos y servicios.
Esto, no sólo porque cada día son más los chilenos que ven en el turismo una forma de mejorar su calidad de vida, sino también por el efecto dinamizador que esa decisión genera en la economía nacional.